Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente, ronda la desierta calle. Sus zapatos de charol rompen las dalias del aire, con los dos ritmos que cantan breves lutos celestiales. En la ribera del mar no hay palma que se le iguale, ni emperador coronado, ni lucero caminante. Cuando la cabeza inclina sobre su pecho de jaspe, la noche busca llanuras porque quiere arrodillarse. Las guitarras suenan solas para San Gabriel Arcángel, domador de palomillas y enemigo de los sauces. San Gabriel: El niño llora en el vientre de su madre. No olvides que los gitanos te regalaron el traje.
II
Anunciación de los Reyes, bien lunada y mal vestida, abre la puerta al lucero que por la calle venía. El Arcángel San Gabriel, entre azucena y sonrisa, biznieto de la Giralda, se acercaba de visita. En su chaleco bordado grillos ocultos palpitan. Las estrellas de la noche se volvieron campanillas. San Gabriel: Aquí me tienes con tres clavos de alegría. Tu fulgor abre jazmines sobre mi cara encendida. Dios te salve, Anunciación. Morena de maravilla. Tendrás un niño más bello que los tallos de la brisa. ¡Ay, San Gabriel de mis ojos! !Gabrielillo de mi vida!, Para sentarte yo sueño un sillón de clavellinas. Dios te salve, Anunciación, bien lunada y mal vestida. Tu niño tendrá en el pecho un lunar y tres heridas. ¡Ay, San Gabriel que reluces! ¡Gabrielillo de mi vidal! En el fondo de mis pechos ya nace la leche tibia. Dios te salve, Anunciación. Madre de cien dinastías. Áridos lucen tus ojos, paisajes de caballista.
*
El niño canta en el seno de Anunciación sorprendida. Tres balas de almendra verde tiemblan en su vocecita.
Ya San Gabriel en el aire por una escala subía. Las estrellas de la noche se volvieron siemprevivas.
“Está muy feliz, ilusionada”, según manifestó ayer el Duque de Huesca, futuro Duque de Alba, así se encuentra su madre por la apertura de la muestra que sobre las “joyas” pictóricas de la familia se va a poder contemplar en el Museo de Bellas Artes hasta las primeras semanas del próximo año 2010. Una ocasión única para acceder a una de las colecciones privadas más importantes de España, hecho sin duda histórico para la ciudad de Sevilla.
Un total de 40 obras, cinco de ellas procedentes del palacio sevillano de Dueñas y las otras 35 restantes procedes del Palacio de Liria en Madrid.
En la exposición, planteada tanto como un recorrido por la historia como por la biografía de un linaje, se pueden ver el 'Retrato del Gran Duque de Alba', de Tiziano; la 'Coronación de espinas', de Ribera, o el 'Retrato de don Juan de Miranda y Ramírez de Vergara', de Murillo, entre otros. Por vez primera se puede ver fuera de los salones nobles de los palacios familiares, la 'Sagrada Familia', de Luca Giordano. También se exhiben obras de Rubens, Renoir, Ingres, Chagall, Sorolla, Romero de Torres o Zuloaga.
Entre las obras expuestas, sobresale el retrato de Goya 'La duquesa de Alba de blanco”, según explico el propio duque de Huescar, es el preferido de su madre. A pesar de que los propios expertos han desaconsejado la salida del cuadro del Palacio de Liria, la propia Duquesa insistió en que la Colección no iba a estar completa si faltaba ese cuadro. Éste es la segunda vez que sale de Palacio, la primera vez, con motivo de una exposición en Madrid.
Ataviada con un vestido de gasa blanca adornado con extraordinarios toques de rojo en el fajín, el collar y las lanzadas del pelo y el pecho y acompañada por un perrito faldero. Así retrato el genial pintor Francisco de Goya a una de las mujeres más atrayentes y carismáticas del Madrid de la Ilustración, Doña Teresa del Pilar Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, la XIII Duquesa de Alba.
El cuadro será una de las estrellas de la exposición “Colección de la Casa de Alba” que se podrá ver en el Museo de Bellas Artes de Sevilla desde el 15 de octubre y hasta el próximo 10 de enero. El delicado estado en el que se encuentra el cuadro fechado en 1575 hizo que los expertos desaconsejaran su traslado a Sevilla, pero finalmente participará en esta exposición, convirtiéndose en uno de los grandes atractivos. En los últimos 30 años el cuadro solo ha salido una vez del Palacio de Liria, en esta ocasión para una exposición en Madrid.